domingo, 3 de febrero de 2008

TRANSEXUACIÓN:una sexuación inédita

El discurso psicoanalítico, nos orienta sobre la identidad de género de una forma que va más allá de la anatomía con sus fórmulas de la sexuación.

Estas nos muestran como se sitúa un sujeto frente a su ser hombre o su ser mujer de acuerdo a su posición frente al falo, pero, siendo que a su vez, el falo es el único referente inconsciente para ambos sexos, ¿no sería el mismo falo entonces el causante de una ambigüedad sexual?

Genevieve Morel en su libro ‘Ambiguedades Sexuales: sexuación y psicosis, se pregunta si existe realmente un núcleo de identidad de genero (sexo psíquico) que se refiera a la persona misma y concluye en que son insuficientes por una obvia y sencilla razón; Hay demasiada ambigüedad sexual y en demasiadas personas como para que sea posible pensar en un núcleo de identidad de género. Piensa más bien en la existencia de un vacío real inicial en términos de la sexuación, es decir propone como fundamental la ambigüedad, (Freud lo planteaba como una bisexualidad primaria). G. Morel nos hace un planteamiento brillante; ¿Si los seres humanos tienen tantas dificultades para orientarse respecto a la sexualidad sea del lado hombre o del lado mujer, no sería más lógico suponer al inicio un vacío real en lugar de un núcleo de identidad? Y si a esto le añadimos que no existe la pulsión femenina sino una sola libido de naturaleza masculina (Freud), que la mujer no existe y que no hay relación sexual (Lacan) pues el vacío se hace quizás más evidente.

Si hay un vacío real que deviene en una ambigüedad sexual, ¿qué hacen los sujetos frente a esto? ¿Qué soluciones se plantean los sujetos para salir de esta ambigüedad?
¿Tendrá la ciencia nuevas respuestas para algunos sujetos o serán más bien estos intentos los que causarán más estragos?

A lo largo de este desarrollo daremos una mirada a una solución radical, un síntoma de la época quizás, ya que es sólo con los avances de la ciencia de este último siglo como se logra materializar lo aparentemente imposible. La creación de un nuevo ser se hace palpable, un ser que demanda corregirse por la ciencia para enmendar un error de la naturaleza; la identidad de género discordante con el sexo biológico: El Transexual.

El transexualismo puede darse desde el cambio total y genital de transformar a una persona de una cierta anatomía sexual a otra. Las primeras reasignaciones sexuales fueron las de mujeres transformadas en hombres, sinembargo la más ruidosa en la actualidad es la transformación de hombres en mujeres.

Es en 1951, en el Reino Unido donde surge uno de los primeros transexuales she /male, una de las primera construcciones vaginales de reasignación de cambio de sexo en el mundo, y así Robert Cowell se convierte en Roberta Cowell, un hombre transformado en mujer, una mujer creada por la ciencia.

A partir de entonces las estadísticas de las reasignaciones de sexo no han cesado sino por el contrario son cada vez más numerosas.

Es importante q recordemos que el transexual existe única y exclusivamente a partir de una demanda y de que esta misma sea satisfecha. Sin operación no hay transexual, se requiere de una intervención de un Otro.

Años antes de hacer posibles estas operaciones probablemente habrían delirios de transformación más no la existencia del Transexual como tal o algunos intentos fallidos como en la película de Hedwig and the Angry Inch a quien su madre lo deja mal operado con una pulgada furiosa, la pulgada que lo estraga, q lo deja sin ser hombre ni mujer.

Hay q marcar una clara diferencia entre el transexual y el travesti, ya que su posición es distinta, y sería descabellado asumir q el transexual es un travesti que hizo un pasaje al acto (cambiándose de sexo). Pareciera que es lo mismo, pero hay algo de fondo que los diferencia.

El travesti sabe lo que no se quiere quitar del cuerpo, así se ponga pechos y se vista de súper femme, la sorpresa la lleva siempre bajo el vestido y ese es un bien preciado, su preciado pene.

El transexual tendría un movimiento distinto y una otra certeza: la de no sólo estar en el cuerpo biológico del género equivocado sino la certeza de tener que hacerse otro cuerpo, ese que piensa le corresponde y así irá en busca de una transformación total y genital en sintonía con lo que llamarían su verdadero ser.

Tanto heterosexuales como homosexuales, están definidos básicamnete por su relación objetal, ya no hablando de subjetividades sino de cuerpos. Es decir, una persona heterosexual escogerá a un partenaire con anatomía opuesta y un homosexual a un partenaire de su mismo sexo.
Esta afirmación no excluye de manera alguna el hecho que hayan recorridos distintos frente a ello para cada quien, pero aún así se verá una predilección mayor frente a uno que a otro.

En el caso de las personas transexuales, nos topamos con otra dimensión de lo sexual, la elección objetal transexual. ¿Estará esta quizás en otro plano, como una otra sexuación?. ¿Será posible una sexuación inédita más allá del falo?

Según diversos testimonios de transexuales (específicamente hombres asignados con genitales femeninos) hay algo más allá de la elección de objeto, y no guarda necesariamente concordancia con lo que se supondría, la ecuación lógica, un hombre que se siente atrapado en el cuerpo de una mujer, se haría un cambio de sexo para hacer posible el encuentro con un hombre teniendo un cuerpo de mujer, es decir para adaptar su homosexualidad a un estatus de normalización heterosexual, sin embargo eso está muy lejos de la realidad como demuestran muchas de las personas transexuales con sus diferentes orientaciones sexuales.

Hace unos meses tuve la oportunidad de preguntarle sobre el erotismo, lo femenino y la mujer a un transexual quien me dijo haberse sentido mujer desde siempre.

Fue increíble que sus respuestas demostraran un vacío de significación, cuando se supondría que alguien que tiene una certeza tal de lo que es, que incluso pasa por una operación semejante para “corregir el error” de la naturaleza. Habló de penes y dejó muy en claro que no le interesan, es decir no le interesa en lo más mínimo ser la mujer de todos los hombres ni mucho menos. En realidad en su discurso, no pareciera no más que no le interesa sino que no soportara el órgano fálico, ni como medio de goce de su propio cuerpo ni en el cuerpo de otro como partenaire.

Luego de algunas otras investigaciones sobre las mujeres transexuales fue revelador encontrar en paginas web de comunidades de transexuales las estadísticas de que existe un elevado índice de lesbianismo entre mujeres transexuales, y que incluso es de lo más común entre ellas, tanto así que como subgrupo es mucho más elevado el porcentaje de translésbicas dentro del grupo de mujeres transexuales que el porcentaje de mujeres lesbianas dentro del grupo de mujeres nacidas con anatomía femenina.

Es sorprendente ver todo el recorrido de un hombre que si bien puede haber tenido o no distintas experiencias sexuales, su elección objetal primaria mientras fue de sexo biológico hombre fueron las mujeres, aún así, decide operarse y hacerse una reasignación de sexo. Si su fantasía no es convertirse en mujer para estar con un hombre sino con otra mujer, ¿será quizás entonces una manera de inventar algo frente a una heterosexualidad insoportable vivida con el cuerpo de un hombre? Podríamos suponer entonces que lo que requiere este sujeto, lo que le urge, es cambiar la forma de su cuerpo para relacionarse de una forma distinta con el otro sexo, en un más allá del falo.
Podríamos jugar a suponer una fórmula de la sexuación sin el falo, y que nos quedaría allí, sin falo?

La fórmula sin el falo, dejaría un vacío, sería una fórmula sin un ordenador, por lo que probablemente nos acercaríamos más a una psicosis.

En general la mayoría de autores sitúan a los transexuales dentro de la estructura psicótica, incluso Lacan dice q hay una pendiente transexual en la psicosis.

Catherine Millot dirá que el síntoma transexual funciona como un intento de hacer algo con la ausencia del significante del nombre del padre. Es por ello que el transexual tratará de encarnara a La Mujer, esa que no existe; la que estará en el mismo lugar del padre primitivo, en el nivel del mito de que existe Uno q no está sometido a la castración, el lugar del goce como imposible y absoluto.

Millot no excluye la posibilidad de que una operación en lo Real tenga sus efectos en lo Simbolico, e incluso marca que esta puede operar como una forma de intentar encontrar un límite a la exigencia de ser el falo.

Por otro lado Morel se opone absolutamente a la intervención quirúrgica, explicando que el sujeto que se somete a la operación no evitará la invasión de goce real y esta aparecerá en otra parte. Efectivamente hay muchos casos de suicidios posteriores a las reasignaciones sexuales y en otros casos aparición de delirios, sin embargo pareciera que estas situaciones también variaran del caso por caso y probablemente tanto Millot como Morel estén en lo cierto y no podamos generalizar todo de un lado o del otro.

Graciela Brodsky nos explica en un documento preparatorio sobre la Clínica de la Sexuación , que la condición de la sexuación es como dice Lacan, asumir “de alguna manera inscribirse de acuerdo con el significante fálico y que en segundo lugar la sexuación es un asunto del cuerpo. Pero entonces donde quedan las transexuales translésbicas, si es el falo el que no se soporta en el cuerpo al punto de tener que transformarlo?,Quizás sea el propio cuerpo el que se transforma en un nuevo significante fálico soportable, en el mejor de los casos.