Texto presentado en las Jornadas de la NEL Lima, Nov 2007.
“(…) Nos vimos obligados a concluir que la predisposición a las perversiones es una predisposición original y universal del instinto sexual humano, y que la sexualidad normal se desarrolla a partir de ella.”
SIGMUND FREUD
Tres ensayos para una teoría sexual
Tres ensayos para una teoría sexual
A diferencia de la mayoría de casos de Freud, como Dora, Lucy y Elizabeth Von R., en “La Psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina”, Freud no usó un seudónimo para ella. Al tomar el caso Lacan, mantiene este mismo sin nombre, y lo retoma llamándola La Joven Homosexual.
Hace unos años, en el 2000 se publicó el libro "Sidonie Csillag, la joven homosexual de Freud" -algunos dicen la lesbiana que Freud no pudo curar-, este libro fue escrito por dos vienesas Ines Reider y Diane Voigt.
En el recorrido de este trabajo y siguiendo con la metonimia de nombres y seudónimos Sid es el nombre que usaré para nombrar a Sidonie, la Joven homosexual de Lacan, y el personaje en La Psiocogénesis de un caso de homosexualidad femenina de Freud.
Este fue un caso intrincado para Freud, un caso en el que se muestra la falla en la posición de analista y como operan los prejuicios del mismo para truncar la transferencia y el caso. Freud nos lo deja ver en este texto, al escribir sobre los sueños que le cuenta Sid en el análisis: “…la prueba de que eran falsos la constituía el hecho de que la joven, en estado de vigilia, amenazaba con un casamiento por interés, para eludir y engañar nuevamente al padre y mantener el amor de su amada. Guiado por un pequeño indicio, le comuniqué un día que no prestaba ninguna fe a tales sueños, los cuales eran mentirosos o disimulados, persiguiendo tan sólo la intención de engañarme como ella solía engañar a su padre. Los hechos me dieron la razón, pues a partir de ese momento, no volvieron a presentarse tales sueños. Creo, sin embargo, que además de este propósito de engañarme integraban también estos sueños el de ganar mi estimación constituyendo una tentativa de conquistar mi interés y mi buena opinión quizás tan sólo para defraudarme más profundamente luego".
Freud no supo hacer con este caso, su inquietud de investigador a lo Sherlock Holmes lo hizo interpretar sus sueños como un deseo de engañar. Aquí se pusieron a trabajar dos inconscientes y no uno, dejando la posición de analista fuera de este encuentro.
”El psicoanálisis no esta precisamente llamado a resolver la homosexualidad. Tiene que contentarse con descubrir los mecanismos psíquicos que han determinado la elección de objeto” , nos dice Freud, quien además considera que la homosexualidad constituye un producto de las contingencias de las fijaciones e identificaciones que marcan a un sujeto desde sus primeros años de vida, planteando así tres caracteres:
1.Caracteres sexuales somáticos (hermafroditismo psíquico),
2.Carácter sexual psíquico (actitud masculina o femenina),
3.Tipo de la elección de objeto.
Estos 3 caracteres aparecen diversamente combinados en todo individuo según Freud.
El enigma de la homosexualidad no es tan sencillo como suele afirmarse muchas veces. No esta estrechamente relacionado el carácter sexual y la elección de objeto. Por ejemplo un hombre masculino en el que predominen sus cualidades masculinas, puede manifestar su vida erótica también hacia lo masculino. También está el hombre afeminado que, por sus caracteres femeninos, podríamos creer que está inclinado hacia los hombres y por el contrario, muchas veces su inclinación es exclusivamente hacia las mujeres. Lo mismo puede decirse de su versión femenina.
Antes de continuar con la investigación, me gustaría mencionar algunos datos biográficos de Sid, que aparecen en el libro que antes mencioné. Sabemos que en el trabajo del análisis, es muy probable que la versión del analizante no coincida plenamente con la del analista. Sin embargo, considero de gran valor poder presentar y exponer parte de la historia biográfica, contada por ella misma.
Sidonie Csillag muere casi al cumplir un siglo de vida, a los 99 años y frecuentando asiduamente bares de mujeres, y buscándolas siempre comos sus partenaires sexuales, es decir no sólo fue La Joven homosexual, sino también, La Adulta homosexual y La Anciana homosexual.
Sid nos cuenta que en los 4 meses que fue a tratamiento con Freud, la única vez en que ella se sintió profundamente conmovida fue cuando habló de su madre y le dijo: “Mi madre me parece tan linda y yo hago todo por ella, pero ella sólo quiere a mis hermanos”, y se queja que cuando están ellos, ella deja de existir, demostrándoles un profundo cariño y a ella sólo dureza.
En el transcurso de su vida habla de tres intentos de suicidio. Sus biógrafas nos cuentan que, además de tirarse a la fosa del tranvía, tomó veneno cuando comprendió que no podía tener a su amada para sí y se pegó un tiro para evitar casarse con un hombre. Aunque por lo menos amó a dos y se casó con uno.
Cuando estaba casada, se enamoró de una tal Wjera Rothballer, quien le preguntó mientras ella la acariciaba: "¿Cómo le haces esto a tu marido?"
A lo que ella respondió: Mi marido tiene a la mujer que ama. Yo no - contestó.
Sobre el primer intento de suicidio ella cuenta una historia muy distinta a la de Freud igualmente tomada por Lacan. Ella nos cuenta que mientras caminaba con Leonie (la cocota) vio a su padre en la vereda de enfrente con un amigo y se desesperó, soltó a Leonie y corrió en dirección opuesta, para luego darse cuenta que el padre no la había visto y se marchaba. En ese momento Sid se da cuenta que ha traicionado a Leonie y corre para explicárselo, pero ella la recibe con una mirada fría y le dice que mejor de ahora en adelante se ahorre sus demostraciones de amor y que se vaya, que todo esto la pone de muy mal humor, dejándola a Sid parada ahí sola. Es luego de este incidente que mientras deambula caminando se pregunta: ¿Cómo va a hacer para soportar la vida sin ella? Y se tira a la fosa del tren.
Freud escribe en “La Psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina” (1920) sobre Sid, que ella es una muchacha de 18 años, inteligente, de alta posición social, quien despierta la preocupación en sus padres, porque persigue a una señora 10 años mayor que ella, de la alta sociedad, de la cual se sabe que es una ‘cocota’ (La baronesa Leonie Puttkamer). Los padres no han observado nunca interés alguno hacia los chicos ni complacencia hacia sus homenajes.
Tiene 2 hermanos, uno mayor y uno bastante menor.
Otro dato importante es la ligereza con la que se muestra en público con su amiga de mala fama y su afán por encubrir estos encuentros para facilitarlos.
Un día, el padre encuentra a su hija acompañada por la dama en cuestión y al cruzarse con ellas les lanza una mirada colérica. Momentos después, la muchacha se separa de su amiga y se arroja al foso por donde circula el tranvía.
Medio año luego de este suceso, los padres la llevan al tratamiento con Freud para reintegrar a su hija a la “normalidad”.
Los datos que tenemos de los padres son, empezando por el padre, que la homosexualidad de su hija le causa una gran indignación y que es un hombre serio, severo pero en el fondo muy cariñoso y que la conducta hacia su hija parece determinada por su esposa.
La posición de la madre no es tan clara, se trata de una mujer joven que no ha renunciado a gustar, bastante coqueta. Ella no toma como trágico el capricho de su hija, y si había acabado poniéndose en contra, es sólo por la mala publicidad que se hacía la muchacha ostentando sus sentimientos.
La madre era objeto de una gran solicitud por parte de su marido y se mostraba dura con la hija y muy cariñosa con los otros dos hijos, dejándola con una demanda de amor insatisfecha.
Es importante resaltar que la muchacha no sufría por motivos internos ni se lamentaba de su estado. El mismo Freud dijo que le sorprendía que no fuera una neurótica por este motivo, aunque esto es algo que cuestionaremos más adelante.
Freud plantea como una de las causas de que la libido de Sid haya sido conducida hacia la homosexualidad, un impasse en el Complejo de Edipo con el nacimiento de su hermano menor. El padre le da en lo real, un hijo a la madre y no a ella como esperaba, lo que la hace desandar el camino paradójico por donde había entrado en el Edipo. Por último, Freud menciona también que la inclinación de Sid hacia las mujeres databa de antes de que naciera su hermano menor, lo que le hace pensar que podría tratarse de algo congénito, hipótesis que tomará mayor fuerza con este posterior acontecimiento.
Añade además Lacan más adelante reafirmando la teoría de Freud que al faltar el padre a la promesa simbólica de darle un hijo/falo a la joven ella siente una profunda decepción y crea una identificación imaginaria con él. Todo esto le causa una gran frustración, lo cual la hace ir un paso atrás en el camino de la simbolización, desatando un desafío imaginario con el padre, expresado en una elección homosexual.
Pareciera que su elección de objeto pudiera darse como una forma de reivindicarse a ella misma como niña, como mujer, por la decepción sufrida, por la madre primero y luego el padre. Digamos que lo que hubiera podido salvarla de este estrago con la madre hubiera sido el Padre del amor.
Tanto Freud como Lacan, se centran más en el vínculo de Sid con el padre, en ese desafío y a la vez en la identificación con él. Quizás dejan un poco de lado lo estragada que está con la madre, una madre que sólo se muestra cariñosa con sus hijos hombres dando un mensaje de “no te quiero porque eres mujer”, que terminaría quizás en “te querría si fueras hombre”. Y efectivamente esta es la búsqueda de Sid, ocupar el lugar de un hombre para otra mujer, y no cualquier mujer sino una mujer mayor, quizás como representante de su madre, la que le pueda dar el amor que la verdadera le negó desde siempre. La madre es con quien se tiene el lazo primordial, es tanto así, que el padre aparece por transferencia de la madre.
Marie-Helene Brousse dice sobre el estrago en la mujer que tiene que ver con los problemas de transmisión de lo femenino, es un rechazo de esta transmisión femenina. Podemos pensar en el NO de la transmisión de la madre de la joven homosexual, dejándola entonces con todas las insignias lamentables de la feminidad. Como bien lo mencionan las biógrafas de Sid, esta madre es una mujer que tiene un rechazo sistemático contra lo femenino: toda mujer se vuelve su competidora y enemiga, incluso la propia hija.
Aunque en el escrito de Freud no aparece jamás la palabra de su paciente, se puede concluir como Freud, que la indiferencia de la baronesa hacia Sid, lejos de angustiarla, parecía servir mejor a sus fines (los de un caballero menos interesado en quedarse con la dama que en vengarla por las violaciones de sus amantes). Cuando dice que esta elección objetal responde al tipo “mänliche”, es un amor que no pide mas satisfacción que servir a la dama, una muestra del amor cortés en su aspecto mas devoto.
Al mostrarse en público con la amiga "malfamada" sacaba a la luz del día lo que los vieneses como su padre solían dejar en el secreto: el objeto erótico degradado. Quería demostrar, al parecer, que se puede amar a alguien pero también poner en tela de juicio el patrón de amor.
Sid tiene una actitud reivindicativa lo que nos llevaría a plantearnos como pregunta: ¿realmente no será neurótica a diferencia de lo que pensaba Freud?.
Hemos visto en la clínica, que esta actitud reivindicativa es constante en los casos de histeria femenina e incluso que la identificación con lo masculino es un ingrediente histérico que además va articulado a una demanda de amor. Por ello no sería raro que en algunos casos esta identificación masculina articulada con la demanda de amor y otros ingredientes mencionados antes, puedan devenir en una elección homosexual para algunas.
Sin embargo Lacan va a decir en el Seminario 4 de forma general que la homosexualidad femenina es la perversión entre comillas mas problemática que puede haber en la perspectiva del análisis y quizás habla de perversión como esa provocación o desafío permanente en relación con la ley. Pero es aquí donde nos preguntaremos; ¿hay o no hay perversión en la mujer?, ¿se puede hablar de una perversión entre comillas como lo plantea Lacan? ¿Perversión imaginaria? ¿Porqué Lacan se refiere a la histeria en el caso Dora y a la perversión en el caso de La Joven Homosexual?, si sabemos que la homosexualidad no tiene una estructura y que la elección de objeto y sexo no determina el lugar del sujeto dentro de aquella , ¿dónde estará situada esta perversión a la que él se refiere?, ya que en ambos casos tenemos los mismos personajes, un padre, una hija y una dama.
¿Cuáles serían algunas de las diferencias? En el caso de Sid la madre si está presente y es Sid misma y no el padre quien introduce a la dama. Otra diferencia que quizás nos pueda orientar es que el padre de Sid, a diferencia del de Dora, no es un padre impotente. Sid quiere probablemente demostrarle al padre como es que se puede amar a alguien no sólo por lo que tiene sino en realidad por lo que no tiene, por su falta. Ella sabría dónde es que está el pene simbólico y no está donde la dama sino en su padre, un padre potente.
Sería entonces lo perverso eso que se expresa entre líneas, eso que se quiere dar a entender a otro, la metonimia, eso que consiste en dar a entender algo hablando de otra cosa muy distinta, por ende una perversión en lo imaginario, pero, ¿entonces estaríamos hablando de una histeria con un movimiento perverso?.
Dejando de lado por un instante las perversiones e histerias a lo largo de este recorrido, cabe resaltar que es a partir de este dar lo que no se tiene en La Joven Homosexual, que Lacan va a construir la frase sobre el Amor, que lo describe como “Dar lo que no se tiene a quien no lo es”. ¿Será el amor perverso entonces?
BIBLIOGRAFIA
Editorial biblioteca Nueva 1948. Freud, S. Obras Completas. Sobre la Psicogénesis de un caso de Homosexualidad Femenina.
Ediciones Paidos, El Cuenco de plata 2004. Rieder, I. y Voigt, D. Sidonie Csillag “La joven homosexual de Freud”.
Ediciones Paidos 2004. Lacan, J. Seminario 4, La Relación de Objeto.
Ediciones Paidos 2004. Lacan J. Seminario 5, Las formaciones del inconsciente.
Colección Diva 2002. Tendlarz, Silvia Elena. Las Mujeres y sus Goces.
Ediciones Paidos 1998. Roudinesco, E. y Plon, M. Diccionario de Psicoanálsis.
Ediciones Paidos 1998 Mc. Dougall, Joyce. Las mil y una cara de Eros.
Scilicet de los Nombres del Padre. Arenas, Alicia. Textos preparatorios para el Congreso de Roma13 al 17 de Julio 2006, Publicación en CD.
Hace unos años, en el 2000 se publicó el libro "Sidonie Csillag, la joven homosexual de Freud" -algunos dicen la lesbiana que Freud no pudo curar-, este libro fue escrito por dos vienesas Ines Reider y Diane Voigt.
En el recorrido de este trabajo y siguiendo con la metonimia de nombres y seudónimos Sid es el nombre que usaré para nombrar a Sidonie, la Joven homosexual de Lacan, y el personaje en La Psiocogénesis de un caso de homosexualidad femenina de Freud.
Este fue un caso intrincado para Freud, un caso en el que se muestra la falla en la posición de analista y como operan los prejuicios del mismo para truncar la transferencia y el caso. Freud nos lo deja ver en este texto, al escribir sobre los sueños que le cuenta Sid en el análisis: “…la prueba de que eran falsos la constituía el hecho de que la joven, en estado de vigilia, amenazaba con un casamiento por interés, para eludir y engañar nuevamente al padre y mantener el amor de su amada. Guiado por un pequeño indicio, le comuniqué un día que no prestaba ninguna fe a tales sueños, los cuales eran mentirosos o disimulados, persiguiendo tan sólo la intención de engañarme como ella solía engañar a su padre. Los hechos me dieron la razón, pues a partir de ese momento, no volvieron a presentarse tales sueños. Creo, sin embargo, que además de este propósito de engañarme integraban también estos sueños el de ganar mi estimación constituyendo una tentativa de conquistar mi interés y mi buena opinión quizás tan sólo para defraudarme más profundamente luego".
Freud no supo hacer con este caso, su inquietud de investigador a lo Sherlock Holmes lo hizo interpretar sus sueños como un deseo de engañar. Aquí se pusieron a trabajar dos inconscientes y no uno, dejando la posición de analista fuera de este encuentro.
”El psicoanálisis no esta precisamente llamado a resolver la homosexualidad. Tiene que contentarse con descubrir los mecanismos psíquicos que han determinado la elección de objeto” , nos dice Freud, quien además considera que la homosexualidad constituye un producto de las contingencias de las fijaciones e identificaciones que marcan a un sujeto desde sus primeros años de vida, planteando así tres caracteres:
1.Caracteres sexuales somáticos (hermafroditismo psíquico),
2.Carácter sexual psíquico (actitud masculina o femenina),
3.Tipo de la elección de objeto.
Estos 3 caracteres aparecen diversamente combinados en todo individuo según Freud.
El enigma de la homosexualidad no es tan sencillo como suele afirmarse muchas veces. No esta estrechamente relacionado el carácter sexual y la elección de objeto. Por ejemplo un hombre masculino en el que predominen sus cualidades masculinas, puede manifestar su vida erótica también hacia lo masculino. También está el hombre afeminado que, por sus caracteres femeninos, podríamos creer que está inclinado hacia los hombres y por el contrario, muchas veces su inclinación es exclusivamente hacia las mujeres. Lo mismo puede decirse de su versión femenina.
Antes de continuar con la investigación, me gustaría mencionar algunos datos biográficos de Sid, que aparecen en el libro que antes mencioné. Sabemos que en el trabajo del análisis, es muy probable que la versión del analizante no coincida plenamente con la del analista. Sin embargo, considero de gran valor poder presentar y exponer parte de la historia biográfica, contada por ella misma.
Sidonie Csillag muere casi al cumplir un siglo de vida, a los 99 años y frecuentando asiduamente bares de mujeres, y buscándolas siempre comos sus partenaires sexuales, es decir no sólo fue La Joven homosexual, sino también, La Adulta homosexual y La Anciana homosexual.
Sid nos cuenta que en los 4 meses que fue a tratamiento con Freud, la única vez en que ella se sintió profundamente conmovida fue cuando habló de su madre y le dijo: “Mi madre me parece tan linda y yo hago todo por ella, pero ella sólo quiere a mis hermanos”, y se queja que cuando están ellos, ella deja de existir, demostrándoles un profundo cariño y a ella sólo dureza.
En el transcurso de su vida habla de tres intentos de suicidio. Sus biógrafas nos cuentan que, además de tirarse a la fosa del tranvía, tomó veneno cuando comprendió que no podía tener a su amada para sí y se pegó un tiro para evitar casarse con un hombre. Aunque por lo menos amó a dos y se casó con uno.
Cuando estaba casada, se enamoró de una tal Wjera Rothballer, quien le preguntó mientras ella la acariciaba: "¿Cómo le haces esto a tu marido?"
A lo que ella respondió: Mi marido tiene a la mujer que ama. Yo no - contestó.
Sobre el primer intento de suicidio ella cuenta una historia muy distinta a la de Freud igualmente tomada por Lacan. Ella nos cuenta que mientras caminaba con Leonie (la cocota) vio a su padre en la vereda de enfrente con un amigo y se desesperó, soltó a Leonie y corrió en dirección opuesta, para luego darse cuenta que el padre no la había visto y se marchaba. En ese momento Sid se da cuenta que ha traicionado a Leonie y corre para explicárselo, pero ella la recibe con una mirada fría y le dice que mejor de ahora en adelante se ahorre sus demostraciones de amor y que se vaya, que todo esto la pone de muy mal humor, dejándola a Sid parada ahí sola. Es luego de este incidente que mientras deambula caminando se pregunta: ¿Cómo va a hacer para soportar la vida sin ella? Y se tira a la fosa del tren.
Freud escribe en “La Psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina” (1920) sobre Sid, que ella es una muchacha de 18 años, inteligente, de alta posición social, quien despierta la preocupación en sus padres, porque persigue a una señora 10 años mayor que ella, de la alta sociedad, de la cual se sabe que es una ‘cocota’ (La baronesa Leonie Puttkamer). Los padres no han observado nunca interés alguno hacia los chicos ni complacencia hacia sus homenajes.
Tiene 2 hermanos, uno mayor y uno bastante menor.
Otro dato importante es la ligereza con la que se muestra en público con su amiga de mala fama y su afán por encubrir estos encuentros para facilitarlos.
Un día, el padre encuentra a su hija acompañada por la dama en cuestión y al cruzarse con ellas les lanza una mirada colérica. Momentos después, la muchacha se separa de su amiga y se arroja al foso por donde circula el tranvía.
Medio año luego de este suceso, los padres la llevan al tratamiento con Freud para reintegrar a su hija a la “normalidad”.
Los datos que tenemos de los padres son, empezando por el padre, que la homosexualidad de su hija le causa una gran indignación y que es un hombre serio, severo pero en el fondo muy cariñoso y que la conducta hacia su hija parece determinada por su esposa.
La posición de la madre no es tan clara, se trata de una mujer joven que no ha renunciado a gustar, bastante coqueta. Ella no toma como trágico el capricho de su hija, y si había acabado poniéndose en contra, es sólo por la mala publicidad que se hacía la muchacha ostentando sus sentimientos.
La madre era objeto de una gran solicitud por parte de su marido y se mostraba dura con la hija y muy cariñosa con los otros dos hijos, dejándola con una demanda de amor insatisfecha.
Es importante resaltar que la muchacha no sufría por motivos internos ni se lamentaba de su estado. El mismo Freud dijo que le sorprendía que no fuera una neurótica por este motivo, aunque esto es algo que cuestionaremos más adelante.
Freud plantea como una de las causas de que la libido de Sid haya sido conducida hacia la homosexualidad, un impasse en el Complejo de Edipo con el nacimiento de su hermano menor. El padre le da en lo real, un hijo a la madre y no a ella como esperaba, lo que la hace desandar el camino paradójico por donde había entrado en el Edipo. Por último, Freud menciona también que la inclinación de Sid hacia las mujeres databa de antes de que naciera su hermano menor, lo que le hace pensar que podría tratarse de algo congénito, hipótesis que tomará mayor fuerza con este posterior acontecimiento.
Añade además Lacan más adelante reafirmando la teoría de Freud que al faltar el padre a la promesa simbólica de darle un hijo/falo a la joven ella siente una profunda decepción y crea una identificación imaginaria con él. Todo esto le causa una gran frustración, lo cual la hace ir un paso atrás en el camino de la simbolización, desatando un desafío imaginario con el padre, expresado en una elección homosexual.
Pareciera que su elección de objeto pudiera darse como una forma de reivindicarse a ella misma como niña, como mujer, por la decepción sufrida, por la madre primero y luego el padre. Digamos que lo que hubiera podido salvarla de este estrago con la madre hubiera sido el Padre del amor.
Tanto Freud como Lacan, se centran más en el vínculo de Sid con el padre, en ese desafío y a la vez en la identificación con él. Quizás dejan un poco de lado lo estragada que está con la madre, una madre que sólo se muestra cariñosa con sus hijos hombres dando un mensaje de “no te quiero porque eres mujer”, que terminaría quizás en “te querría si fueras hombre”. Y efectivamente esta es la búsqueda de Sid, ocupar el lugar de un hombre para otra mujer, y no cualquier mujer sino una mujer mayor, quizás como representante de su madre, la que le pueda dar el amor que la verdadera le negó desde siempre. La madre es con quien se tiene el lazo primordial, es tanto así, que el padre aparece por transferencia de la madre.
Marie-Helene Brousse dice sobre el estrago en la mujer que tiene que ver con los problemas de transmisión de lo femenino, es un rechazo de esta transmisión femenina. Podemos pensar en el NO de la transmisión de la madre de la joven homosexual, dejándola entonces con todas las insignias lamentables de la feminidad. Como bien lo mencionan las biógrafas de Sid, esta madre es una mujer que tiene un rechazo sistemático contra lo femenino: toda mujer se vuelve su competidora y enemiga, incluso la propia hija.
Aunque en el escrito de Freud no aparece jamás la palabra de su paciente, se puede concluir como Freud, que la indiferencia de la baronesa hacia Sid, lejos de angustiarla, parecía servir mejor a sus fines (los de un caballero menos interesado en quedarse con la dama que en vengarla por las violaciones de sus amantes). Cuando dice que esta elección objetal responde al tipo “mänliche”, es un amor que no pide mas satisfacción que servir a la dama, una muestra del amor cortés en su aspecto mas devoto.
Al mostrarse en público con la amiga "malfamada" sacaba a la luz del día lo que los vieneses como su padre solían dejar en el secreto: el objeto erótico degradado. Quería demostrar, al parecer, que se puede amar a alguien pero también poner en tela de juicio el patrón de amor.
Sid tiene una actitud reivindicativa lo que nos llevaría a plantearnos como pregunta: ¿realmente no será neurótica a diferencia de lo que pensaba Freud?.
Hemos visto en la clínica, que esta actitud reivindicativa es constante en los casos de histeria femenina e incluso que la identificación con lo masculino es un ingrediente histérico que además va articulado a una demanda de amor. Por ello no sería raro que en algunos casos esta identificación masculina articulada con la demanda de amor y otros ingredientes mencionados antes, puedan devenir en una elección homosexual para algunas.
Sin embargo Lacan va a decir en el Seminario 4 de forma general que la homosexualidad femenina es la perversión entre comillas mas problemática que puede haber en la perspectiva del análisis y quizás habla de perversión como esa provocación o desafío permanente en relación con la ley. Pero es aquí donde nos preguntaremos; ¿hay o no hay perversión en la mujer?, ¿se puede hablar de una perversión entre comillas como lo plantea Lacan? ¿Perversión imaginaria? ¿Porqué Lacan se refiere a la histeria en el caso Dora y a la perversión en el caso de La Joven Homosexual?, si sabemos que la homosexualidad no tiene una estructura y que la elección de objeto y sexo no determina el lugar del sujeto dentro de aquella , ¿dónde estará situada esta perversión a la que él se refiere?, ya que en ambos casos tenemos los mismos personajes, un padre, una hija y una dama.
¿Cuáles serían algunas de las diferencias? En el caso de Sid la madre si está presente y es Sid misma y no el padre quien introduce a la dama. Otra diferencia que quizás nos pueda orientar es que el padre de Sid, a diferencia del de Dora, no es un padre impotente. Sid quiere probablemente demostrarle al padre como es que se puede amar a alguien no sólo por lo que tiene sino en realidad por lo que no tiene, por su falta. Ella sabría dónde es que está el pene simbólico y no está donde la dama sino en su padre, un padre potente.
Sería entonces lo perverso eso que se expresa entre líneas, eso que se quiere dar a entender a otro, la metonimia, eso que consiste en dar a entender algo hablando de otra cosa muy distinta, por ende una perversión en lo imaginario, pero, ¿entonces estaríamos hablando de una histeria con un movimiento perverso?.
Dejando de lado por un instante las perversiones e histerias a lo largo de este recorrido, cabe resaltar que es a partir de este dar lo que no se tiene en La Joven Homosexual, que Lacan va a construir la frase sobre el Amor, que lo describe como “Dar lo que no se tiene a quien no lo es”. ¿Será el amor perverso entonces?
BIBLIOGRAFIA
Editorial biblioteca Nueva 1948. Freud, S. Obras Completas. Sobre la Psicogénesis de un caso de Homosexualidad Femenina.
Ediciones Paidos, El Cuenco de plata 2004. Rieder, I. y Voigt, D. Sidonie Csillag “La joven homosexual de Freud”.
Ediciones Paidos 2004. Lacan, J. Seminario 4, La Relación de Objeto.
Ediciones Paidos 2004. Lacan J. Seminario 5, Las formaciones del inconsciente.
Colección Diva 2002. Tendlarz, Silvia Elena. Las Mujeres y sus Goces.
Ediciones Paidos 1998. Roudinesco, E. y Plon, M. Diccionario de Psicoanálsis.
Ediciones Paidos 1998 Mc. Dougall, Joyce. Las mil y una cara de Eros.
Scilicet de los Nombres del Padre. Arenas, Alicia. Textos preparatorios para el Congreso de Roma13 al 17 de Julio 2006, Publicación en CD.
5 comentarios:
Disculpe, pero el agregado de "a quien no lo es" a la definición del amor de "dar lo que no se tiene", no es de Lacan; jamás fue dicho por Lacan.
Señor anónimo, por la inveistigación exhaustiva que ha hecho al buscar en todos los seminarios, escritos e incluso textos inéditos, imagino que usted pertenece como estudiante, miembro o asociado a alguna de las ecuelas de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y sabrá que lo que Lacan dice por ejemplo en su seminario 5 "El amor es dar lo que no se tiene a otro que no tiene" se refiere al falo, por tanto el que no tiene falo es el que "no es" el falo. En el juego del amor la búsqueda es de quien lo tiene, quien es ese falo q me falta...
La frase "dar lo que no se tiene a quien lo es", es la más usada dentro de la transmisión del psicoanalisis lacaniano, quizás porque es más clara en su concepción.
En el seminario 8, en francés está escrito de la siguiente manera:
"Aimer, c'est donner ce qu'on n'a pas à quelqu'un qui n'en veut pas"
Nota:
En el último párrafo del comentario anterior debió decir:
La frase "dar lo que no se tiene a quien no lo es"...
Soy Federico y es " ..dar lo que no se tiene a quien no corresponde" justamente es dar lo que no tenemos por estar castrados, por haber operado el significante del nombre del padre (ley paterna), digamos el falo?... a quien no corresponde por ser este otro, alguien que viene a ocupar el lugar de uno ya perdido, freud diria la primera experiencia de satisfacción (aquella relación de amor con la madre..), por eso lacan dice "en-amor-miento" justamente el amor es un mentira propia del neurótico.
Me gustó mucho el trabajo, me dejó varias cuestiones para pensar.
Federico: podrías darnos referencias donde Lacan dice "en-amor-miento"? frase interesante...
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